Laia cumple su sueño y debuta en el Dakar con una excepcional demostración de fortaleza y talento. Regresa a casa con la victoria de féminas bajo el brazo y el reconocimiento internacional en una disciplina que, hasta entonces, era nueva para ella.
Laia asiste a algunas pruebas de mundial masculino para ver, aprender y ayudar a Josep Manzano y a Toni Bou. En el torneo femenino renueva la victoria del año anterior.
Acaba 3ª del Campeonato de España de cadetes y, tras consultarlo con sus padres, solicita permiso a la escuela para ausentarse de las clases una tarde a la semana para poder entrenar.
Después de unos años participando en el campeonato de Catalunya, debuta en el certamen nacional y termina en 9ª posición de la categoría cadete siendo, además, la única chica. Ese año también participa en el primer campeonato de Europa femenino (aunque sin reconocimiento oficial)
Llega su primera victoria en categorías masculinas, con una moto de 80 cc. Esa misma temporada participa por primera vez en un trial femenino, donde compite con unas 50 chicas procedentes de todo el mundo.
Disputa su primer trial. Fue en su pueblo, en Corbera de Llobregat, donde se celebraba una prueba del campeonato de Catalunya. Por aquel entonces, las competiciones de trial sólo contaban con categoría masculina, pero no fue un problema para Laia, que durante años competió
Cuando tenía 2 años Jesús Sanz llevaba en moto a su hija Laia en el regazo al tiempo que le enseñaba a dar gas. Ella trataba de imitarle en casa subida en una bicicleta triciclo..